Las piedras protectoras son aquellas que, según la creencia popular, tienen la capacidad de proteger a la persona que las lleva o las tiene cerca de negatividad, malas energías o influencias externas.
Hay muchas piedras que se consideran protectoras, y cada una de ellas se dice que tiene propiedades y atributos específicos.
Piedras protectoras más comunes
- Cristal de roca: se dice que es una piedra muy fuerte y protege contra la negatividad y las malas energías.
- Ámbar: se considera una piedra de protección contra el mal de ojo y la envidia.
- Ónice: se dice que es una piedra protector contra los ataques psíquicos y la negatividad.
- Cuarzo rosa: se considera una piedra de amor y armonía, y se dice que protege contra el mal de ojo y la negatividad.
- Turquesa: se considera una piedra protector contra el mal de ojo y las influencias negativas, y también se dice que trae buena suerte.
- Lapislázuli: se dice que es una piedra de protección contra el mal de ojo y la negatividad, y también se considera una piedra de la verdad y la sabiduría.
- Cornalina: se considera una piedra protector contra el mal de ojo y la negatividad, y también se dice que trae buena suerte y fortalece la confianza en uno mismo.
- Obsidiana: se dice que es una piedra protector contra las malas energías y los ataques psíquicos, y también se considera una piedra de la claridad y la clarividencia.
- Ágata: se considera una piedra protector contra el mal de ojo y la negatividad, y también se dice que trae estabilidad y fortalece la seguridad en uno mismo.
- Esmeralda: se considera una piedra de amor y armonía, y se dice que protege contra el mal de ojo y la negatividad.
Es importante tener en cuenta que estas creencias sobre las piedras protectoras son principalmente culturales y simbólicas, y no tienen una base científica sólida. Las piedras no tienen la capacidad de proteger a una persona de forma real y tangible de influencias externas o eventos negativos.